Te entendemos. Nos ha pasado a todos.
Por eso creamos MAIN MIND BOOK, un agente que se convierte en tu investigador literario personal, especializado en transformar cualquier libro de no ficción en una guía práctica, accionable y brutalmente útil.
No hacemos resúmenes aburridos.
No te damos frases vacías.
Lo que hacemos es extraer la esencia de los libros que transforman vidas y negocios. Los analizamos con rigor, los desmenuzamos con lupa y los convertimos en planes de acción listos para usar.
Si eres de los que creen que leer sin aplicar es como entrenar sin mover un dedo, este GPT es para ti.
Usarlo es muy sencillo, solo tienes que introducir el libro y el autor en la caja de texto y tendrás un resultado espectacular…
Algunos viernes os hablaremos de libros que hemos pasado por nuestro agente (que puedes usar tú también en este enlace); libros que consideramos interesantes para hacernos mejores profesionales y mejores personas…
Hoy te traemos uno de los libros más potentes que hemos trabajado:
📘 Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie.
Aplicado a tu día a día. En lenguaje claro. Y con un giro muy poco académico.
Porque la influencia no es un talento.
Es una habilidad que se aprende.
Y aquí va un artículo con lo que no te enseñaron en el MBA pero sí te cambia la forma de vender, negociar y conectar.
La venta no empieza con tu pitch. Empieza con su nombre
Hace unos años, me metí en una reunión de ventas con una sonrisa de catálogo y un PowerPoint con 42 razones por las que mi oferta era "la mejor del mercado".
Salí con un “nosotros te llamamos” y un silencio que todavía retumba.
¿El error? Querer convencer antes de conectar.
No escuché. No pregunté. No hice lo más básico: interesarme por la persona delante.
Y sí, es un pecado mortal en ventas.
Porque lo que Carnegie enseñó en 1936 sigue teniendo vigencia:
La gente no compra lógica. Compra sentirse importante.
Y tú puedes darle eso con una sola cosa:
Su nombre.
“El nombre de una persona es para ella el sonido más dulce”
No lo digo yo. Lo decía Carnegie.
Y lo confirma hoy la neurociencia.
Cada vez que alguien escucha su nombre, se activa el centro de recompensa en su cerebro. Dopamina pura.
Es como darle un mini aplauso invisible.
¿Lo usas en tus correos?
¿En tus mensajes de seguimiento?
¿En esa llamada fría que suena más a monólogo que a conversación?
Porque si no lo haces, estás dejando dinero sobre la mesa.
Pero hay algo más poderoso que el nombre...
El interés genuino.
No fingido. No de guion.
Ese que se nota cuando preguntas por qué eligieron ese logo.
O por qué cambiaron de proveedor el año pasado.
O qué es lo que más les preocupa cuando piensan en implementar lo tuyo.
Ese interés no se entrena en talleres de ventas. Se cultiva dejando de hablar de ti.
Y cuando lo haces...
La persona baja la guardia.
Te cuenta más.
Y, muchas veces, compra sin que se lo pidas.
Las objeciones no se rebaten. Se reformulan
Otra joyita de Carnegie:
“La única forma de ganar una discusión es evitándola.”
¿Te suena esa objeción típica?
— “Es que ahora no tenemos presupuesto…”
Error clásico: responder con argumentos.
Solución Carnegie:
— “Claro, lo entiendo. Si te parece, lo vemos juntos y ajustamos a lo que sí tenéis previsto. ¿Te haría sentido?”
No confrontas.
Colaboras.
Y eso… vende.
🎯 Aplica esto hoy:
Escribe 3 emails de seguimiento donde uses el nombre del cliente al menos 2 veces.
Llama a un cliente antiguo y hazle solamente 3 preguntas sin mencionar tu producto.
Reformula 5 objeciones típicas con la técnica de Carnegie: pregunta en lugar de rebatir.
Esto sirve para todo: en casa, en el trabajo, con tus hijos, con amigos… Haz eso 3 días seguidos y nos cuentas si no cambian las conversaciones.
Referencias: